27 de marzo de 2010

El tiempo, locura, todo!

Te he estado esperando
pero no llegabas,
he ensuciado el suelo de la habitación
y alimentado a mis renacuajos,
y llorando piedras
he mirado al reloj...

La una, las dos, las cien,
y tú sin venir...

He muerto en un día soleado
lo cual es delito
según la ley y el orden
de no sé quién...

Mañana no estarás
ni pasado tampoco,
ni al otro ni al otro,
ni consigo divertir a los murciélagos,
ni se derrumba la fachada
de esta maldita casa...

Quiero que me mates
pero no te quedan balas,
miserable, más que miserable...

Me has robado los ojos
a mí, que los tenía en el cielo...
observando desde arriba
el gran desierto de tu alma.

Trato de no ponerme nervioso
pero a tu edad es normal
que dispares sin apuntar
miles de besos de cartón
que, por mucho que yo quiera,
no me acaban de llegar.

Hoy he muerto y es la vida,
hoy he muerto y he olvidado
que desojando margaritas
encontré la nada, el vacío, el silencio
y todo lo demás... ¡maldita sea!

El tiempo todo lo cura,
el tiempo es una locura,
me caigo por el hueco de una escalera,
Freud haría lo mismo si existiera,
si es histeria,
cuando yo nazca te lo diré...
toma un beso y aléjate.

Porque el tiempo es de locura
y todo es nada según dicen,
y parece ser cierto, for me.

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