16 de noviembre de 2006

Imposible ciudadano

- ¿Me dice usted la hora por favor?
- La muerte en punto.

El ministerio del sueño torcido ha ordenado la prohibición de las galletas y la comedia. Ladrando sin ojos, vistiendo el tiempo con relojes y cadenas, me asomo a una ventana que da al bosque de asfalto donde solo crecen pantallas, trajes grises con alas de perro y banderas enormes envolviendo cadáveres. Todo ello acompañado de blancos dientes de azafata, muñecas hinchables, hombres-residuo y la boda del marqués De Alcantarilla...

- ¿Me dice la hora buen hombre?
- En el arte está mi esperanza, por lo demás ¡podéis iros al infierno todos!
- Gracias - dije, con lágrimas de emoción.


Gente de peluche

Si la gente es de peluche
y si tú eres de peluche
y si yo soy de peluche
y si todo es de peluche,
y si me rompes y si te caes
y si no mereciera la pena
respirar el aire de peluche
y las bombas de peluche
y se quema la esperanza
y mis ojos
como labios teñidos en chocolate,
¡por supuesto de peluche!
me delatan, me delatas
de latas de peluche
y voces roncas que piden a gritos
matar a dios
y a los políticos del mundo de peluche
y decido caminar hacia el invierno
y escribirte cartas como esta,
que nunca lees y encima me arañas,
arañas de peluche
observando el paso de los soldaditos
que se mueren y se mueren
y los veo y lo soporto
y hago como que no me importa
y odio el mundo,
calaveras de peluche;
de peluche y made in USA...


Siéntate a mi lado, la puerta se abre.

Conoce de mí hasta el último rincón...
de esta desesperación.

Siéntate, soy una jaula.

Acuérdate de aullar por mí cuando anochezca,
acuérdate.

Conoce de mí cada locura, siéntate cerca,
soy un río, soy una casa deshabitada,
soy una tecla llamada "off",
un concierto mudo, un alegre pésame...

Siéntate y no te duermas,
conóceme, soy una jaula...
arrrástrate por mí cuando amanezca,
la puerta está abierta.


14 de noviembre de 2006

Erich Fromm en "La patología de la normalidad"

Hemos perdido contacto con todas las realidades, excepto una, que es la realidad creada por el hombre, de la industria y el negocio, de la organización de las cosas que podemos manipular. Estamos en contacto con artificios. Estamos en contacto con la rutina social. Y estamos en contacto, y nos comunicamos, y nos relacionamos con todo lo que produzca más cosas, pero no estamos en contacto con las realidades fundamentales de la existencia humana. No estamos en contacto con nuestros sentimientos, con lo que es en realidad nuestro sentimiento, con nuestra dicha y desdicha, el miedo y la duda, con nada de lo que ocurre en el interior del hombre. No estamos en contacto con nuestros semejantes ni con la naturaleza. Solo estamos en contacto con un pequeño fragmento del mundo que nosotros mismos hemos creado, y en verdad tenemos un miedo muy grande a tocar nada que esté más allá.


Me encontré a Javier

Me encontré a Javier. Ha envejecido.
Su voz y su pulso tiemblan como campanas.

Vive solo, sólo vive y nada más.

Me contó su día, me contó hasta tres.

Yo le contestaba sí a todo;
le hipocritaba el gesto.

Bebimos café, licores,
rompimos colorines de la infancia.

Nos compramos mentiras,
a medida, por supuesto.

Años sin vernos. Menos mal.

Me encontré a Javier bajo una lápida.
Nos dimos la mano; la mía se la quedó.

Fuimos después a morirnos otra copa juntos.
Por los cero tiempos.


2 de noviembre de 2006

Osho sobre la libertad

Sin amor no tienes alas. Pero como es tan nutritivo y tan necesario, todos los problemas han surgido en torno a él. Quieres que tu amante o tu amada también esté disponible para ti mañana. Ha sido muy hermoso hoy, y te preocupas por mañana. Por eso se creó el matrimonio. Es solo el miedo a que quizá mañana tu amante o tu amada pueda dejarte... así que conviértelo en un contrato ante la sociedad y ante la ley. Pero eso es feo; es absolutamente feo, repugnante. Convertir el amor en un contrato significa que estás poniendo la ley por encima del amor; significa que estás poniendo la masa colectiva por encima de tu individualidad y estás usando el apoyo de los tribunales, de los ejércitos, de la policía, de los jueces, para que tu sometimiento sea absolutamente definitivo y seguro. Mañana por la mañana... nunca se sabe. El amor llega como una brisa; puede que vuelva, puede que no. Y cuando no vuelve, debido a la ley, debido al matrimonio, debido a la preocupación por la respetabilidad social, casi todas las parejas del mundo se ven reducidas a la prostitución.
Vivir con una mujer a la que no amas, vivir con un hombre al que no amas, hacerlo por seguridad, hacerlo por conveniencia, hacerlo por necesidad económica, vivir en pareja por cualquier razón que no sea por amor, hace que la relación no sea nada más que de prostitución. Me gustaría que la prostitución desapareciera completamente del mundo. Todas las religiones han repetido que no debería haber prostitución... pero así es como funciona la estupidez humana. Estas mismas religiones que dicen que no debe haber prostitución son las causas de la prostitución, porque, por un lado, apoyan el matrimonio y, por el otro, están en contra de la prostitución.

El matrimonio mismo es una prostitución. Si confío en mi amor, ¿por qué iba a casarme? La idea misma de casarse es un signo de desconfianza. Y algo que surge de la desconfianza no va a contribuir a que tu amor se haga más profundo y más elevado. Va a destruirlo. Ama, pero no destruyas el amor con algo falso, con el matrimonio o cualquier otro tipo de relación. El amor solo es auténtico cuando da libertad. Que este sea el criterio. El amor solo es verdadero cuando no interfiere en la privacidad de la otra persona. Respeta su individualidad, su privacidad. Pero los amantes que ves en todo el mundo, todo su esfuerzo es que nada debería permanecer privado, que se les deberían contar todos los secretos. Tienen miedo a la individualidad; destruyen mutuamente la individualidad del otro, y esperan que destruyéndose mutuamente sus vidas serán un goce, una satisfacción. Son simplemente cada vez más desgraciados.
[...] Te han dado ideas erróneas de que un amor verdadero dura para siempre. Una rosa verdadera no dura para siempre. Un ser humano vivo tiene que morir un día. La existencia es un cambio constante.

Un domingo

Sonrío para la foto,
me duermo en un instante
mientras soy nombrado rey
de la desolación.

El cobrador de impuestos
es un impostor y tú quieres más.

En la calle empieza a llover,
las gotas son afiladas
y se clavan en las cabezas de los transeuntes
vestidos como ratas de domingo.

El domingo está muerto
o quizás nunca existió
o quizás es mentira
o quizás es un cadáver devorado
por curas, futbolistas y
resacosas nulidades humanas.

O quizás yo estoy santificado
y tengo alas, para morir también.


Miedo de volar

Obstinadas son las restricciones, pero me duele el corazón cuando intento vencerlas. La libertad es lo único que quiero, pero me avergüenzo de tener esperanza de ella. Estoy seguro de que hay en ti un tesoro inmensurable, y de que eres mi mejor amigo. Pero me falta valor para deshacerme de las baratijas que abarrotan mi habitación. La mortaja que me cubre es una mortaja de polvo y muerte. La odio, pero la abrazo con amor. Mis deudas son enormes, mis fracasos mayúsculos, mi vergüenza secreta y opresiva. Aun así, cuando voy a pedir mi bien, tiemblo de miedo de que mi oración me sea concedida.
Rabindranath Tagore en Gitanjali: