19 de marzo de 2010

Actores, actrices, actos y pactos

Un teatro, ya sin nombre, lloraba desconsolado,
vertiendo sus lágrimas absurdas sobre la plaza mayor de un pueblo cualquiera.
Está triste, está estúpido, pues perdió a su público y a los propios actores.

La vida es dura y ha parido en la calle un gran circo.
Ese enorme circo de personas del que tanto se habla en los telediarios,
en los periódicos, desde tu boca tan atractica; todo hay que decirlo.

El desconsolado bloque de ladrillo, cemento y pasiones, o sea, el teatro,
se ha quedado vacío y solo.

Y los actores deambulan por calles y supermercados,
hasta van a las playas y a las fábricas...
y siempre interpretan papeles escritos por hombres oscuros...

El teatro llora, ya no vale nada.
Será derribado, centro comercial,
ambulatorio, garaje de almas...

Nadie pagará entrada por ver el espectáculo de nuestra realidad escrita...
y somos actores, actrices, imitando al idiota,
copiando los gestos, los no sentimientos...

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