26 de abril de 2010

El perro y el frasco

"Mi perro bonito, mi lindo perro, mi querido chucho, acércate y ven a respirar un excelente perfume comprado en la mejor perfumería de la ciudad."
Y el perro, moviendo la cola, lo que, según creo, es, entre estos pobres seres, el signo que corresponde a la sonrisa y a la risa, se acerca y pone, curioso, su húmeda nariz sobre el frasco destapado; luego retrocediendo súbitamente y con espanto, me ladra a manera de reproche.

"¡Ah!, miserable perro; si te hubiera ofrecido un paquete de excrementos, los habrías olfateado con deleite y hasta quizá devorado. De esta suerte, tú mismo, indigno compañero de mi triste vida, te pareces al público, al que nunca debe presentársele delicados perfumes que lo exasperen, sino detritus cuidadosamente elegidos".

Charles Baudelaire

1 comentario :

  1. qué desagradable la comparación de un perro con el hombre promedio, hombre-masa. así como el hombre de hedionda soberbia que lo escribió. no se merecía a su perro, eso es seguro.

    ResponderEliminar