23 de febrero de 2010

Pasado de moda

El arte es una palabra enorme que se estrella en mi cabeza. Ignoro lo que significa, hoy todo es otra cosa. La música es comercio, es producto y ya no es arte. Las pinturas se subastan por demasiados millones y se producen películas tan caras como infumables. Los discos no se pueden grabar según dicta la Asociación de la Estafa y el Robo Organizado.

Se han puesto tantas etiquetas, se han inventado tantas palabras que me da la impresión, a pesar de los que exigen originalidad e imaginación, que lo que realmente hace falta es una limpieza en seco y tirar a la basura tanta pose y tanto producto del marketing. Ahora soy un adorador del silencio.

Y oigo y leo a críticos babosos que no saben nada. Los pedales de distorsión para guitarra son una auténtica basura y también los pantalones rotos. Me dan grima los que se despeinan para salir en fotos de prensa musical gratuita con cara de haber inventado algo. Los que llevan americana y zapatillas Converse llenas de mierda. Detesto la moda. Creen que mi deber es estar a la última, pero no me engañarán.

Hay payasos snobs hasta en las alcantarillas, estrellas de cine con sonrisa vomitiva en festivales estúpidos, luciendo vestidos diseñados por su puta madre. Les aplaude la masa, los mendigos de estómago lleno. Las niñas mueren anoréxicas por imitación. Y en mp3 la vida es más fácil, podrás acumular en tu reproductor cincuentamil canciones. Canciones que oirás en su totalidad si llegas a los noventa. Para eso están los gimnasios y los yogures de laboratorio.

Ahora la música divide, es el criterio por el cual algunos se relacionan; para crear sectas y seguir viviendo en la mentira. Lo diferente es siempre el enemigo. Todos los periodistas mienten porque la verdad no se puede escribir. Todo el mundo se cree superimportante menos los que realmente lo son. Hay algunos creadores en la sombra que hacen arte porque lo llevan dentro y no porque les paguen por ello ni porque esté de moda.

Aquella camiseta de marca es tan solo una camiseta, lo siento. Vivo ante una gris fachada y no me apetece por ahora inventarme canciones de supuestos idilios. Además el amor no es eso. Porque amo la música amo el silencio. El rock ha muerto y lo que queda es un bucle infinito por puro aburrimiento. Solo hay futuro en la intimidad. La sociedad actual es incompatible con la salud mental del individuo. Estoy pasado de moda, visito cementerios y playas, tengo alergia a los autómatas y no me gustan los teléfonos...

No hay comentarios :

Publicar un comentario